miércoles, 20 de julio de 2011

Fiesta sorpresa en la derecha

Mié, 20/07/2011 - .Por Mirko Lauer

Un ministro de Economía con la fama de rigidez ortodoxa que trae Luis Miguel Castilla es un compromiso complicado. Resuelve ciertos problemas, como la tranquilidad de los inversionistas o el cuidado de la caja fiscal. Pero podría producir otros, como el margen de maniobra del Ejecutivo para las políticas sociales.

Alan García tuvo por largo tiempo un ministro parecido, en Luis Carranza, lo cual no impidió al gobierno un importante avance en infraestructura social, sobre todo en servicios básicos. Pero los choques del MEF con los demás ministerios fueron constantes. Fue sintomático que Carranza fuera puesto de lado y luego vuelto a nombrar por un tiempo.

Lo más cercano que conocemos en una coexistencia derecha-izquierda es Brasil, donde una ortodoxia exitosa produce recursos para una amplia e intensa distribución de recursos a los más necesitados. Nadie se ha atrevido a llamar a esto socialismo.
Se parece más a un inmenso cupo que los acomodados pagan a los necesitados.

Aquí la parodia del camino brasileño tiene obvios límites, si esa es la intención. Ni el capital, ni la pobreza, ni las capacidades negociadoras de las estructuras políticas o las de sus líderes son los mismos en el Perú.
Brasil es un país considerado por su tamaño y avance en las ligas de Rusia, China y la India.

Un ministro como Castilla, al menos el Castilla que los medios describen, probablemente produciría una versión del actual gobierno, complicada por los problemas, los nuevos y los acumulados, del quinquenio que comienza, y parcialmente mitigados por los ofrecimientos sociales de Humala. ¿Algo así como un neotoledismo o alanismo de izquierda, quizás?

Una cuestión importante es en qué medida los cuadros izquierdistas e izquierdizantes del humalismo y su periferia podrán encajar en el modelo ambivalente que empieza a proponerles el nuevo mandatario. En el escenario más turbulento podríamos presenciar un cambio de alianzas de Humala a partir de un momento.

Pero hay otros escenarios disponibles. La subida a bordo de Castilla y de Julio Velarde puede significar más rostros de izquierda en el resto del gabinete, bajo la bandera común de buscar una gestión más eficaz que la anterior. Si se llega a un entendimiento podríamos ver algo más parecido a la
entente izquierda-derecha chilena llamada la Concertación.

¿Tenía Humala planeada e in pectore esta apertura más a la derecha que Kurt Burneo y Oscar Dancourt? ¿O alguien se la vendió por el camino? ¿O es producto de una indiferencia frente a lo económico, como sugiere Augusto Álvarez? Lo único claro hasta el momento es que ese no era el proyecto de su entorno más público.
No es el primer presidente que sorprende en este sentido.

AHORA , FRENTE A LA VOLUNTAD POPULAR, MAS DE LO MISMO !!!!

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