domingo, 28 de febrero de 2010

INCIDENCIA DE INFECCIONES POSTPARTO. REINTERNACIONES ???


Incidencia de infecciones en el posparto inmediatoReinternaciones posparto en el período puerperalLa causa principal de reinternación posparto es la infección. Se ha comprobado un riesgo mayor de neumonía, apendicitis y colecistitis en ese período.Dres. Belfort MA, Clark SL, Saade GR, et al.

El período posparto se asocia con cambios fisiológicos importantes, como las transformaciones tan importantes del sistema inmunológico. A pesar de la reconocida importancia del período puerperal en la atención obstétrica, existen pocos datos que describan la morbilidad más allá del período de hospitalización inicial para la atención del parto. Los pocos artículos que se han ocupado de la internación después del parto se han centrado principalmente en la relación entre la vía del parto y la necesidad de reinternación posterior, en lugar de hacer un análisis amplio de las condiciones que dan lugar a la reinternación. Este enfoque limitado ha impedido obtener datos que podrían facilitar el desarrollo de programas para prevenir la readmisión hospitalaria. Estos datos también permitirían hacer un análisis crítico de la contribución de los procesos infecciosos o inflamatorios que no suelen asociarse con el embarazo y el índice general de reingresos. El principal objetivo de cualquier programa es la prevención de la morbilidad. Sin embargo, los reingresos hospitalarios tienen consecuencias económicas importantes llegando a dar cuenta del 20% de los gastos en salud. De hecho, las autoridades gubernamentales han impuesto incentivos y penalidades para reducir los costos de reinternación. Se trató de examinar las indicaciones para la reinternación después del parto teniendo en cuenta los antecedentes. La hipótesis es que ambas condiciones, las que están directamente relacionados con el embarazo y la morbilidad que tradicionalmente se consideraba poco relacionada con el embarazo, podrían aumentar las tasas de reinternación. En segundo lugar, se ha examinado la incidencia de de la reinternación según el tipo de parto.
Diseño del estudio
Se analizaron los datos de una base de datos que contenía los reingresos efectuados dentro de las 6 semanas posteriores al parto, correspondientes al año 2007, con un análisis extendido de 180 díaspara neumonía, apendicitis, y colecistitis. Para los cálculos estadísticos se utilizaron el análisis de regresión lineal, la curva de supervivencia y la estadística de Ghean- Breslow con el análisis estadístico de Holm-Sidak que permite hacer comparaciones múltiples. Se consideraron significativos los valores de probabilidad < .05. Resultados De las 222.751 mujeres que dieron a luz, se reinternaron 2.655 (1,2%) dentro de las 6 semanas que siguieron al parto (parto vaginal, 0,83%; cesárea, 1,8%). Un alto porcentaje de estas reinternaciones ocurrió dentro de las primeras 6 semanas: neumonía (84%), apendicitis (43%) o colecistitis (46%). Las tasas de reingreso cumulativas durante esas primeras 6 semanas fueron más elevadas después del parto que en las 20 semanas posteriores (gradiente de la curva de la neumonía, 3,7 vs. 0,11; gradiente de la curva de apendicitis, 1,1 vs. 0,36; gradiente de la curva de la colecistitis, 6,6 vs. 1,7).
Comentarios
Las complicaciones del período posparto que por definición corresponde a las 6 semanas posteriores al parto, ocurren dentro de dicho lapso y comúnmente se supone que están relacionadas con el embarazo o el parto. Aunque esta designación es arbitraria y carece de fundamento científico cierto, la convención indica que para el análisis se debe utilizar este período de tiempo. Los datos obtenidos en este estudio confirman que, a pesar de que las reinternaciones durante las primeras 6 semanas después del parto son poco frecuentes, la cesárea se genera un riesgo doble de reinternación al igual que el parto vaginal. Los resultados también confirman que el aumento de la morbilidad del parto por cesárea primaria comparado con la cesárea repetida se extiende por lo menos en el período de 6 semanas después del alta. Las explicaciones posibles sobre la razón por la que una cesárea primaria representa un riesgo mayor de reinternación que el parto por cesárea repetida puede debersea factores tales como el mayor riesgo de infección por el trabajo de parto prolongado (exámenes vaginales repetidas, corioamnionitis), mayor pérdida de sangre en la cirugía de urgencia y un mayor uso de anestesia general. En este estudio, las tasas de reinternación después del parto (cuando son comparables) son similares a las reportadas por otros ensayos. (relación de riesgo por cesárea vs. parto vaginal: 2,18 en el presente estudio vs. 1,81 o riesgo relativo, 1,92). La mayoría de los estudios ha utilizado un punto de corte de 8 semanas, mientras que los autores utilizaron un punto de corte de 6 semanas. Las causas más comunes de reinternación halladas fueron la hipertensión y las infecciones de la herida uterina, tanto en el grupo de parto vaginal como en el de parto por cesárea. La frecuencia de las causas infecciosas de reinternación no llama la atención, dada la invariable contaminación del campo quirúrgico debido a todos los procedimientos del parto y la conocida frecuencia de endomiometritis posparto, especialmente en las mujeres que han tenido el parto por cesárea. Se ha demostrado que la administración perioperatoria de antibióticos reduce la tasa de complicaciones infecciosas inmediatas poscesárea, incluyendo la endomiometritis y la infección de la herida. Durante el período en estudio, la administración de cefazolina después de pinzar el cordón umbilical fue la práctica más común utilizada por los autores. Datos recientes indican que la administración de antibióticos antes de la incisión quirúrgica debe sustituir a la antigua práctica de retrasar su administración hasta después de haber pinzado el cordón umbilical. “La frecuencia de estas condiciones en nuestra población”, dicen los autores, “sugiere que, además de las técnicas estándar de asepsia quirúrgica, esas medidas también pueden ser importantes para reducir los reingresos posteriores.“
Indicaciones para la reinternación
Indicaciones de admisión
Partos vaginales (n)
Tasa/100.000 partos
Partos poscesárea (n)
.
Los datos aquí obtenidos demuestran una tasa más elevada de reinternaciones por sepsis o bacteriemia tras la cesárea, comparado con el parto vaginal, lo que probablemente refleja la desvitalización de los tejidos que siempre acompaña a la cesárea. Esto alude a la posibilidad de que exista propagación sistémica de bolsas microscópicas de tejido infartado, lo que permite la siembra de bacterias alrededor del sistema circulatorio. Se sabe que la bacteriemia complica hasta el 14% de los partos por cesárea, sobre todo en los casos de parto prematuro y los partos complicados por corioamnionitis.
Para los autores, la comprobación de una frecuencia elevada de reinternación por hipertensión fue inesperada pero aclaran que en este artículo no entra el análisis detallado, caso por caso, de los antecedentes evitables que redisponen a la reinternación. Sin embargo, dicen, estudios sobre el manejo de la hipertensión en el periparto destinada a disminuir los reingresos puede tener un impacto significativo en la salud de la madre y los costos de la atención de la salud.
Los autores destacan que no hallaron diferencias en la tasa de reinternación por infección del tracto urinario entre los grupos de parto vaginal y por cesárea. Dado que en las mujeres que van a someterse a una cesárea se coloca un catéter permanente sería de esperar que este grupo no tuviese una tasa más elevada de infección del tracto urinario que las mujeres que dieron a luz por vía vaginal. Gran parte de esta falta de diferencia dr frnsa, probablemente, a la administración habitual de antibióticos para la profilaxis de la endomiometritis en las mujeres que se someten a parto por cesárea, los cuales también abarcan a la mayoría de los patógenos urinarios. Por lo tanto, la prevención de las infecciones del tracto urinario es un beneficio secundario de tal profilaxis. La tasa relativamente elevada de infección del tracto urinario en las pacientes que tuvieron un parto vaginal probablemente refleja el creciente uso de la anestesia epidural y la práctica común de colocar sondas intermitentes durante el parto de esas mujeres. Si bien los datos obtenidos no justifican una recomendación, dicen los autores, ponen de relieve la importancia de minimizar esos procedimientos invasivos y el estricto cumplimiento de las técnicas de asepsia cuando se hace necesario el cateterismo. Los investigadores creen que las mujeres que van a tener un parto vaginal tienen la probabilidad de ser sometidas a múltiples cateterismos intermitentes o a la colocación de un catéter permanente durante y tiempo prolongado en el curso del parto vaginal, por lo que pueden verse beneficiadas con una sola dosis oral de antibióticos para reducir el riesgo de infección.
Tal vez de mayor interés fue el hallazgo de una tasa significativamente mayor de reingreso hospitalario por colecistitis, apendicitis en el posparto de lo que podría esperarse por un efecto casual. Nunca antes afecciones habían sido relacionadas en forma causal con el embarazo o el parto. “Hay varios explicaciones mayor para estas observaciones.” En primer lugar, la naturaleza de los datos obtenidos no permite distinguir entre los diagnósticos verdaderos y los positivos falsos de estas condiciones. Así, es posible que un dolor postoperatorio inespecífico durante el puerperio sea atribuido equivocadamente a una colecistitis o una apendicitis aguda. Sin embargo, los autores consideran que esta explicación es poco probable ya que estos diagnósticos también son más frecuentes en el período puerperal de las mujeres que cursaron un parto vaginal. Por otra parte, si bien es cierto que el diagnóstico de colecistitis al alta podría estar basado en escasos signos clínicos, también los es que los diagnósticos de apendicitis o neumonía al alta son poco frecuentes. En segundo lugar, es posible que tales diagnósticos se hagan con más frecuencia en el puerperio simplemente porque las pacientes aumentan las visitas médicas para el control de su salud durante este período de tiempo. Así, la colecistopatía que podría no haber sido informada al final del embarazo, podría llamar la atención de un prestador de salud durante los controles al comienzo del puerperio. Sin embargo, como la apendicitis y la neumonía pueden ser fatales si no son tratadas, el haber hallado resultados similares para estas enfermedades hace que esta explicación sea menos probable. Aunque la causa de estos resultados requiere ser confirmada por investigaciones adicionales, los responsables del estudio creen que la liberación de mediadores inflamatorios durante el parto podría potencialmente agravar un proceso subclínico subyacente y provocar una manifestación franca de la enfermedad en el período puerperal inmediato. En este mismo sentido, la restitución de la inmunidad fisiológica (en oposición a la liberación de mediadores inflamatorios del útero y la placenta) podría generar la aparición de afecciones latentes o una disminución de la resistencia a nuevas infecciones. Las embarazadas están relativamente inmunosuprimidas, presumiblemente para permitir la tolerancia a antígenos fetales. Durante el embarazo, la respuesta de las células T-helper 2 (por ej., interleucina-10) y T-helper 3 (por ej., factor de crecimiento transformador) están realzadas, aunque las células T helper 1 (es decir, la interleucina-12 y el interferón c) están suprimidas. El cortisol, la progesterona, la noradrenalina y la 1,25-dihidroxivitamina, implicadas en la modulación de la respuesta inmune, cambian significativamente durante el embarazo y en el período posparto. En las primeras 3-6 semanas después del parto, la actividad de las citocinas de las células T-helper 1 aumenta nuevamente, acompañada por una respuesta proinflamatoria fisiológica y tal vez mayor. La inversión de lala respuesta de las T-helper 2 de nuevo a las citocinas T-helper 1 durante el período de posparto se ha denominado reconstitución inmunológica y puede dar lugar a manifestaciones clínicas manifiestas de infecciones bacterianas, fúngicas y virales latentes. También es interesante el mayor riesgo de neumonía que hay en las primeras 6 semanas después del parto por cesárea, en comparación con el parto vaginal. Aunque los datos son pocos, se puede hallar una relación entre el parto por cesárea y el mayor riesgo de neumonía cuando durante el parto se ha utilizado anestesia regional. Hay datos que sugieren que la anestesia espinal puede disminuir la sensibilidad de las vías respiratorias y los reflejos de protección de laringe. Por otra parte, la anestesia espinal, en comparación con la intubación endotraqueal o la colocación de una máscara laríngea, no estimula el aumento de la concentración de Ig M en la saliva ni el aumento de las defensas inmunológicas del huésped. Las mujeres sometidas a anestesia espinal para una operación cesárea pueden tener deprimido el reflejo de la tos hasta 4 horas después del parto, lo que puede aumentar el riesgo de aspiración durante y después del parto. La combinación de esta disminución de la capacidad para proteger las vías respiratorias con una respuesta inmunológica a la infección reducida puede ser un mecanismo que explique los resultados de este estudio. A pesar de las condiciones fisiopatológicas que subyacen a estas observaciones, los resultados de una mayor tasa de colecistitis, apendicitis, y neumonía en el puerperio inmediato, comparado con los primeros 6 meses después del parto, tiene consecuencias clínicas importantes y sugieren la necesidad de una vigilancia mayor y un umbral más bajo del rendimiento de las pruebas de diagnóstico. cuando los signos o los síntomas de estas condiciones aparecen en las semanas posteriores al nacimiento. Este estudio tiene la ventaja de haber utilizado una muestra de gran tamaño de una población representativa de EE.UU. lográndose así una gran variedad en el medio hospitalario. Las debilidades son las que acompañan al análisis de cualquier información obtenida de una base de datos retrospectivos (por ej., exactitud de los datos, falta de ajuste por comorbilidades o la mezcla de casos diferentes). Por otra parte, los autores expresan que no se puede asegurar el enrolamiento de todos los pacientes porque algunos pudieron haber sido reinternados en otros hospitales que no intervinieron en el estudio como tampoco pudieron tener en cuenta a los pacientes que fallecieron después del alta.
Conclusiones
Luego de evaluar los riesgos y los beneficios de la cesárea vs. el parto vaginal se ha puesto de relieve la necesidad de incluir la reinternación en el período puerperal por causas no obstétricas. El hecho que el riesgo de neumonía es mayor después de la cesárea, comparado con el parto vaginal, puede ser otro factor a considerar cuando se está planificando el parto por cesárea electivo.
Referencias
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ANTE EL RIESGO: RAZÓN O INTUICIÓN ???


Ante el riesgo, ¿razón o intuición?
Aprender a tomar decisiones Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas.
Un grupo de niños de 8 años juega en el aula con cubos de colores que se ajustan entre sí. Ésta podría ser una escena de juego en casi cualquier escuela del mundo. Pero en ésta, en Stuttgart, Alemania, en realidad los alumnos están recibiendo su primera lección sobre razonamiento probabilístico.
Los cubos representan los atributos de los niños – cubos rojos para las niñas y azules para los varones; un cubo amarillo adosado a uno rojo para las niñas que usan anteojos, un cubo verde unido a uno azul para los varones que no usan anteojos.
Los alumnos tienen así una representación simbólica de sus compañeros como grupo.
Al juntar los cubos en diversos recipientes- el de las niñas y el de los varones, el de los que usan anteojos y el de los que no los usan- se comienzan a dar cuenta de las probabilidades, en este caso de que un niño use o no anteojos.
Es un juego que no es del todo juego -sin embargo los niños están interesados.
Se trata de un experimento diseñado en 2005 por Elke Kurz-Milcke del Institute of Mathematics and Computing en Ludwigsburg, Alemania, con la idea de que lo mejor es aprender lo más temprano posible.
Enseñar a niños a ocuparse de frecuencias y probabilidades los ayuda a prepararse para las complejidades e incertidumbres del mundo actual y puede contribuir a que tomen decisiones acertadas durante el resto de sus vidas.
Gerd Gigerenzer, psicólogo del Max Planck Institute for Human Development en Berlín acuerda con esto “A comienzos del siglo XXI, casi todos los que viven en una sociedad industrial saben leer y escribir, pero no saben cómo comprender la información sobre los riesgos e incertidumbres en nuestro mundo tecnológico” señala. A principios de 2009, Gigerenzer inauguró el Harding Center for Risk Literacy en el Max Planck Institute para tratar de corregir esta situación.
Gigerenzer y su equipo de cinco científicos tienen un doble objetivo.
El primero es investigar cómo las personas perciben el riesgo y el
segundo es mejorar las aptitudes estadísticas y de toma de decisiones a través de programas educativos.
Gigerenzer está convencido de que se puede enseñar a las personas a mejorar sus aptitudes para la toma de decisiones.
Sin embargo, estas ideas son polémicas. “Hay una gran división entre los investigadores,” manifiesta Dan Kahan, quien estudia la percepción del riesgo en la Yale Law School en New Haven, Connecticut.
Señala que muchos especialistas, sobre la base de las investigaciones existentes, creen que la población nunca será capaz de tomar la mejor decisión basada sobre la información científica disponible.
Por lo tanto, opina, “la toma de decisiones de riesgo se debe concentrar más en instituciones alejadas de la política” que deben orientar a la población al presentar la información de manera más adecuada.
Ambas partes, sin embargo, acuerdan en que la toma de decisiones incorrecta es generalizada y afecta el bienestar general. Frente a una situación desconocida o cargada de emoción, la mayoría de las personas dejan de razonar y tienen reacciones instintivas que no son beneficiosas.
Recordemos los temores tan difundidos en los últimos 10 años en Gran Bretaña y los Estados Unidos sobre el posible vínculo entre el autismo y la vacuna triple viral. A pesar de la falta de datos sólidos sobre esa asociación, muchos padres prefirieron no vacunar a sus hijos, lo que llevó al aumento de los casos de sarampión que podría ser mortal.
También en las cuestiones ambientales hay opiniones exageradas sobre ciertos riesgos. Por ejemplo, los temores persistentes sobre los peligros de las cosechas modificadas genéticamente en Europa, a pesar de estudios que muestran que los riesgos son considerablemente menores de lo que se cree.
Aún aquellos de los que cabría esperar mayores conocimientos, como los médicos, los periodistas médicos o los financistas, con frecuencia caen en las mismas trampas que los demás.
En un experimento, Gigerenzer pidió a 160 ginecólogos que interpretaran estadísticas básicas sobre las probabilidades de que una mujer padeciera cáncer de mama cuando su mamografía era patológica. Sólo el 21% respondió correctamente.
El problema, según muchos investigadores en neurociencia cognitiva y psicología, es que se emplean dos sistemas cerebrales para tomar decisiones.
Uno es instintivo - opera desde el inconsciente y a menudo es manejado por las emociones. El otro es conciente y racional. El primer sistema es automático, rápido y muy eficaz en situaciones tales como caminar en una calle con mucha gente, lo que exige integrar información compleja de manera casi instantánea y ejecutar acciones muy practicadas. El segundo sistema es más útil en situaciones novedosas, tales como decidir sobre un plan de ahorro, lo que exige un análisis deliberativo.
Desafortunadamente, el primer sistema se suele imponer, aún cuando la deliberación podría haber sido más útil.
Es por ello que muchos investigadores piensan que es muy difícil intentar mejorar la toma de decisiones a través de la educación, donde predomina el sistema racional.

Dos de los escépticos más sobresalientes son Richard Thaler y Cass Sunstein, conocido economista el primero y profesor de Harvard y director de la Oficina de Información y Asuntos Normativos de la Casa Blanca el segundo. El libro de Thaler y Sunstein “Un pequeño empujón” (Nudge, 2008) insta a los gobiernos y las instituciones a dirigir las opciones de las personas de manera que mejoren sus vidas – enfoque al que ellos llaman “paternalismo libertario”.
Algunos ejemplos son incorporar automáticamente a las personas a los programas de donación de órganos a menos que opten específicamente por negarse; programas para disminuir el embarazo adolescente en los que las niñas reciben un dólar por cada día en que no se embarazan.
En general, la idea de este enfoque es brindar incentivos y presentar la información de manera que aumente las probabilidades de que las personas tomen decisiones con buen criterio.
Gigerenzer está de acuerdo en mejorar la forma de presentar la información, por ejemplo mostrar las estadísticas de salud de manera más clara para el médico y para el paciente. Pero no acuerda con los que emplean exclusivamente el enfoque de Thaler y Sunstein, que no confía en la capacidad de las personas para aprender y razonar por sí mismas. Algunos, señala, atribuyen todas las decisiones incorrectas a procesos mentales que las personas no pueden controlar. Sostiene que numerosos indicios indican que se puede aprender a rediseñar la mente- o al menos aprender ardides cognitivos que contribuyan a que se puedan reconocer y compensar sus tendencias.
En la década de 1980, por ejemplo, Richard Nisbett y colegas, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, descubrieron que media hora de entrenamiento en razonamiento estadístico mejoraba significativamente la capacidad de racionalizar los problemas cotidianos.
Daniel Kahneman de la universidad de Princeton y ganador del premio Nobel en economía por su trabajo de vanguardia sobre la psicología de la toma de decisiones, apoya de manera cautelosa el optimismo de Gigerenzer sobre la educación. “La intuición rige la toma de decisiones,” indica Kahneman.Sin embargo, señala que es posible mejorar el pensamiento crítico a fin de poder detectar mejor cuándo se podría cometer un error, para prevenirlo o corregirlo.
Investigadores hallaron que uno de los ardides cognitivos más eficaces es estudiar el problema desde la perspectiva de un extraño; considerar lo contrario de cualquier decisión que se esté por tomar y sopesar múltiples opciones simultáneamente en lugar de aceptar o rechazar una a la vez .Jonathan Baron, de la Universidad de Pennsylvania, y otros investigadores hallaron que algunas personas logran esto mucho mejor que otras. Una clave sobre el origen de las diferencias surge de las matemáticas.
Las personas con aptitudes de razonamiento numérico pueden interpretar mejor los datos sobre situaciones de la vida real, como el funcionamiento y la calidad de los hospitales y los seguros de salud.
Ellen Peters, de Decision Research en Oregon, señala que aquéllos que emplean los números más eficazmente para la toma de decisiones lo hacen porque otorgan importancia emocional a los números y consideran que de alguna manera representan la realidad –lo que se conoce como “significado afectivo”.
Esto es lo que su colega Paul Slovic denomina “aprender a sentir los números”. Es partidario de enseñar a los niños a manejar los números dentro de un contexto, desde que aprenden a contar. Por ejemplo, los docentes deberían describir el número 10 como algo tangible –como ser 10 cucuruchos de helado – de modo que los niños puedan recordar el número en relación con el mundo real.
La meta de Gigerenzer es que estas ideas formen parte de la educación integral. Gran parte de su trabajo educativo está dirigido a los adultos que afrontan el riesgo en sus vidas profesionales. (médicos, periodistas y otros grupos de especialistas). “Tenemos toda una sociedad, incluidos los jueces y los médicos, que no está recibiendo preparación para el mundo tecnológico moderno que abarca muchas clases de riesgos,” manifiesta.
La clave, dice, es que las escuelas enseñen problemas estadísticos del mundo real - por ejemplo, calcular las probabilidades de que alguien con prueba de VIH positiva tenga realmente el virus o comparar los peligros de ir en moto en diferentes países. “Nuestro objetivo es que la estadística no se enseñe como una disciplina matemática, sino como una disciplina
de resolución de problemas,” dice Gigerenzer.
Gigerenzer ha tenido cierto éxito: en muchos estados alemanes actualmente es obligatorio comenzar a enseñar análisis de datos y probabilidades desde el primer año y la idea también se está instalando en los Estados Unidos. “Sin embargo”-señala Gigerenzer, en casi todo el mundo se enseñan las matemáticas de la certeza, no de la incertidumbre.
Al final, es probable que tanto el enfoque educativo como el “pequeño empujoncito” sean importantes, ya que cuando se trata de tener mejores criterios, la gente- y las sociedades - necesitan toda la ayuda posible.
“Socialmente, puede ser más útil el “empujoncito”, pero las personas y las instituciones también quieren pensar con más claridad,” opina Max Bazerman, de Harvard.
Sunstein actualmente es asesor del presidente de los EE. UU. Barack Obama, con lo que su enfoque parece estar ganando capital político. La reforma del sistema educativo será más difícil.
Sin embargo, los niños de ocho años de la clase de Stuttgart que mencionamos, al finalizar la escuela estarán bien preparados para afrontar las incertidumbres del mundo moderno.

sábado, 27 de febrero de 2010

Entérate. Los medicamentos más caros del mundo

24 de febrero de 2010, 10:37 AM

MÉXICO, D.F., febrero 24

Cuando la gente se refiere a medicinas caras, normalmente se refieren a aquellas como Lipitor, que controla al colesterol alto (mil 500 dólares al año), Zyprexa, para esquizofrenia (siete mil dólares al año) o Avastin, para combatir el cáncer (50 mil dólares al año).
Pero ninguna de estas medicinas superan las consideradas más caras, de acuerdo con un artículo de "Forbes".
Los medicamentos de la lista estiman costos cercanos a los 200 mil dólares al año, en promedio, por cada paciente que se somete a un tratamiento con ellos.
La mayoría de los pacientes se tratan con estos fármacos por enfermedades genéticas raras, mismas que afectan a menos de 10 mil personas.
Así que prácticamente, las compañías biotecnológicas puede cobrarlas al precio que ellas deseen.
La farmacéutica Alexion, con su medicamento Soliris, proporciona el medicamento más caro del mundo, que cuesta 409 mil 500 dólares al año.
Este anticuerpo monoclonal trata un trastorno raro en el cual el sistema inmune destruye los glóbulos rojos durante la noche.
El trastorno, hemoglobinuria paroxysymal nocturna (PNH por sus siglas en inglés), afecta a unos ocho mil estadounidenses.
El año pasado, las ventas de Soliris fueron de 295 millones de dólares.
Desde que Alexion comenzó a vender Soliris, hace dos años, el precio de las acciones es de hasta 130 por ciento.
En el mundo actual, con los precios de este tipo de medicamentos, entre menos sean los pacientes que las consuman, más altos serán los costos.
Antes de probar Soliris para la PNH, Alexion probó el medicamento para tratar la artritis reumatoide, que afecta a un millón de estadounidenses; sin embargo, falló.
Pero si este medicamento hubiera funcionado para esta enfermedad de la artritis, Alexion probablemente habría tenido que cobrar un precio mucho más bajo para este uso, ya que tendría que competir contra las drogas que cuestan sólo 20 mil dólares al año.
Otro caso lo brinda la Farmacéutica Shire con su medicamento Elaprase, que cuesta 375 mil al año y trata un raro trastorno metabólico que se llama Síndrome de Hunter.
Apenas 500 estadounidenses sufren esta enfermedad, la cual causa infecciones, problemas de respiración y daño cerebral.
El año pasado las ventas nacionales de Elaprase se ubicaron en 353 millones de dólares.
El medicamento Naglazyme, de la Farmacéutica BioMarin, se emplea en tratamientos de otro raro padecimiento metabólico y cuesta 365 mil dólares al año, de acuerdo con el banco de inversiones Robert W.
Baird.
ViroPharma, por su parte, predijo que las ventas de su producto Cinryze, un tratamiento para evitar una peligrosa hinchazón de la cara, aumentará de 95 millones de dólares del año pasado a 350 millones de dólares durante varios años a partir de ahora.
El medicamento cuesta cerca de 350 mil dólares al año.
Medicamento (laboratorio), costo anual.
Enfermedad Soliris (Alexion), 409 mil 500 dólares (5 millones 291 mil 968 pesos).
Este anticuerpo monoclonal trata un trastorno raro, en el cual el sistema inmune destruye los glóbulos rojos durante la noche.
El trastorno, hemoglobinuria paroxysymal nocturna (PNH por sus siglas en inglés), afecta a 8 mil estadounidenses.
Elaprase (Shire), 375 mil dólares (4 millones 846 mil 125 pesos).
Trata un raro trastorno metabólico que se llama Síndrome de Hunter.
Apenas 500 estadounidenses sufren esta enfermedad, que causa infecciones, problemas de respiración y daño cerebral.
Naglazyme (BioMarin), 365 mil dólares (4 millones 716 mil 895).
Se emplea en tratamientos de otro raro padecimiento metabólico.
La estimación económica es de acuerdo con el banco de inversiones Robert W.
Baird.
Cinryze (ViroPharma), 350 mil dólares (4 millones 523 mil 050 pesos).
Tratamiento para evitar una peligrosa hinchazón de la cara.
Se prevé que sus ventas aumentarán de 95 millones de dólares del año pasado a 350 millones de dólares durante varios años a partir de ahora.
Avastin (Roche), 50 mil dólares (646 mil 150 pesos).
Para combatir el cáncer.
Zyprexa (Eli Lilly and Co), 7 mil dólares (90 mil 461 pesos).
Controla la esquizofrenia.
Lipitor (Pzifer), mil 500 dólares (19 mil 384 pesos).
Controla el alto colesterol.

jueves, 18 de febrero de 2010

Series médicas televisión muestran respuesta equivocada: estudio

febrero 2010
NUEVA YORK (Reuters) - Los equipos médicos de series televisivas como "ER" o "House" suelen correr para actuar rápidamente ante una convulsión, pero casi la mitad de las veces los actores que representan a doctores y enfermeras se equivocan, de acuerdo a un estudio canadiense.
Series médicas televisión muestran respuesta equivocada: estudio

Investigadores de la Dalhousie University, Halifax, Nueva Escocia, analizaron populares series médicas como "Grey's Anatomy," "House," "Private Practice" y "ER" para ver si este tipo de programas ayudan a educar al público acerca de cómo ofrecer primeros auxilios en casos de emergencias.
El equipo encontró que en 327 episodios transmitidos, ocurrieron 59 ataques. De este total, 51 sucedieron en un hospital. Casi todos los servicios de primeros auxilios fueron realizados por enfermeras y médicos.
Pero el estudio detectó prácticas inapropiadas como sostener a la persona boca abajo, intentar frenar movimientos involuntarios o colocar algo en la boca del paciente en 25 casos, lo que representó casi el 46 por ciento de los incidentes.
El manejo de los primeros auxilios fue mostrado apropiadamente en 17 casos, es decir, el 29 por ciento del total; mientras que en 15 incidentes, o el 25 por ciento, no se pudo determinar que la atención haya sido la correcta, de acuerdo al estudio divulgado el domingo.
El investigador Andrew Moeller dijo que los programas de televisión son un método potencialmente poderoso de educar al público, por lo cual es una preocupación encontrar que las series muestran un tratamiento inadecuado de los ataques la mitad del tiempo.
"Las personas con epilepsia deberían ejercer presión sobre la industria de la televisión para inculcar las guías para la administración de primeros auxilios en casos de ataques", dijo Moeller en un comunicado.
El estudios será presentado en la reunión anual de la Academia Estadounidense de Neurología en Toronto en abril.

(Escrito por Belinda Goldsmith, editado en español por Silene Ramírez

http://victoralbertogonzalesalmeydavaga.blogspot.com

sábado, 13 de febrero de 2010

Cistitis intersticial: Diagnóstico diferencial con afecciones ginecológicas similares

FEB 10 Diagnóstico diferencial con afecciones ginecológicas similaresCistitis intersticialLa cistitis intersticial (CI) es un síndrome crónico caracterizado por urgencia/frecuencia urinaria, dolor pélvico y nocturia, en ausencia de infección bacteriana o cualquier otra patología identificable.

Dres. Jeffrey R. Dell, Mark L. Mokrzycki, Christopher J. Jayne

European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology 144 (2009) 105–109

IntroducciónLa cistitis intersticial (CI) es un síndrome crónico caracterizado por urgencia/frecuencia urinaria, dolor pélvico y nocturia, en ausencia de infección bacteriana o cualquier otra patología identificable. Para incluir más a los pacientes con este complejo sintomático, la nomenclatura ha ido cambiando hasta incorporar el síndrome de dolor vesical o síndrome de la vejiga dolorosa (SVD). Aunque la CI fue al principio considerara rara, dada la prevalencia de pacientes con enfermedad grave, incluyendo las úlceras de Hunner, recientes estudios han llegado a la conclusión que la CI puede ser más común que lo que se pensaba hasta ahora. Los síntomas característicos de la CI ocurren en más del 2% de las mujeres. Los síntomas crónicos y recurrentes de CI pueden ser intolerables para muchos pacientes y tener un impacto negativo sobre la calidad de vida. La patogénesis de la CI no se conoce por completo pero se la considera multifactorial. Una teoría cada vez más aceptada es la que sostiene la existencia de una disfunción del recubrimiento urotelial de la vejiga, normalmente impermeable. Las anormalidades del recubrimiento aumentan la permeabilidad, permitiendo el pasaje de toxinas e irritantes urinarios como el potasio. La difusión crónica de irritantes a través del urotelio puede inducir una reacción inflamatoria caracterizada por la proliferación y activación de los mastocitos. La inflamación neurogénica y la regulación neural hacia arriba también pueden representar un papel en el dolor crónico como así en la urgencia y la frecuencia que caracterizan a la CI.
La CI tiene un amplio espectro de presentaciones clínicas. Al comienzo o en el estadio medio de la CI, los síntomas suelen ser variables y episódicos. En algunos casos, los pacientes llegan a presentar todos los síntomas, lo cual convierte a la CI en una enfermedad crónica y severa. La identificación precoz de la CI es difícil, ya que la presentación clínica es similar a la de otras afecciones comunes, como la infección del tracto urinario (ITU), la endometriosis, el dolor pélvico crónico (DPC), la vulvodinia y la vejiga hiperactiva. El diagnóstico correcto puede retrasarse varios años por lo que es importante comprender los cuadros superpuestos de CI y esas otras afecciones para poder diferenciarlas mejor y elegir el tratamiento apropiado.
¿Cistitis intersticial o infección recurrente del tracto urinario?
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son muy comunes en las mujeres. Más de la mitad sufrirá una infección del tracto urinario a lo largo de su vida. Los síntomas característicos de ITU son el dolor suprapúbico, la polaquiuria, la urgencia urinaria y la disuria. La ITU recurrente puede definirse como el segundo episodio de ITU ocurrido dentro de los 6 meses del primero.
El diagnóstico de ITU se confirma por la presencia de bacteriuria en una muestra de orina correspondiente a la mitad del chorro. En el pasado, se consideraba bacteriuria importante a la presencia de 105 unidades formadores de colonias (UFC) por mililitro. Sin embargo, una gran proporción de mujeres asintomáticas pueden tener una cistitis de bajo grado con “cultivo negativo” y UFC por debajo de este nivel. Las guías actuales recomiendan un umbral de 103 UFC/mL.
En los pacientes que presentan síntomas urinarios en forma repetida ya se puede hacer el diagnóstico de ITU recurrente solamente sobre la base de los síntomas y ser tratados empíricamente con antibióticos. Algunos de esos pacientes pueden tener cultivos negativos y de todos modos presentar una ITU. Los síntomas de CI suelen ocurrir en episodios desencadenados por el coito semejando la presentación de una ITU. En un estudio de cohorte de 231 mujeres atendidas por médicos de familia con síntomas indicadores de ITU solo 123 (53,3%) tuvieron urocultivo positivo.
Muchos pacientes con CI tienen antecedentes de ITU. En un estudio de 30 mujeres con diagnóstico de CI, casi el 60% había tenido un diagnóstico previo de ITU. Aunque muchos casos de ITU inicial habían sido documentados mediante el urocultivo positivo, a menudo los síntomas ocurrieron con urocultivos negativos repetidos. También hay evidencia de que en ciertos casos, al comienzo de la CI, está presente la ITU, indicando que una ITU puede ser el cuadro inicial causante de la CI mediante la alteración del proceso curativo y de la inflamación neurogénica. De las 314 mujeres con un comienzo reciente de CI/SVD, el 18-36% tenía evidencia de ITU basada en el urocultivo positivo o el análisis de orina.
El cultivo de orina y la piuria en el análisis de orina pueden ayudar a diferenciar la CI de la ITU. La disuria no las diferencia. Un urocultivo positivo no necesariamente descarta la CI dado que ambas afecciones pueden coexistir. Cualquier paciente con síntomas persistentes o recurrentes de dolor pélvico o urgencia/frecuencia de la micción debe ser estudiado para descartar otros diagnósticos, incluyendo la CI/SVD.
¿Cistitis intersticial o endometriosis?
La endometriosis, es decir, la presencia de glándulas o estroma endometriales fuera del útero, es una afección ginecológica común que ocurre en más del 50% de las mujeres premenopáusicas y en el 71-87% de las mujeres con DPC. La etiología se desconoce, pero hay varias teorías como la menstruación retrógrada, el transporte linfático o vascular o, la transformación del epitelio celómico en tejido símil endometrio. Independientemente del origen del tejido, los defectos inmunológicos pueden favorecer la continuidad y crecimiento del tejido endometrial.
Las pacientes con endometriosis pueden presentar DPC además de los síntomas urinarios (polaquiuria, disuria y hematuria), en particular si está comprometida la pared de la vejiga. La dispareunia es otro síntoma común. El dolor de la endometriosis se caracteriza por ser cíclico, coincidiendo con el comienzo de la menstruación. Dada la similitud de los síntomas de la CI y la endometriosis, cuando la paciente se presenta con síntomas de DPC es importante sospechar la CI y diferenciarla de la endometriosis.
El diagnóstico de endometriosis se basa en los antecedentes, el examen físico y laparoscópico y la confirmación histológica. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica, la supresión hormonal y el manejo del dolor. Una proporción importante de pacientes continúa con los síntomas lo que indica que la CI y la endometriosis suelen coexistir.
¿Cistitis intersticial o dolor pélvico crónico?
El DPC se define como:
• Dolor localizado en la pelvis anatómica, la pared abdominal anterior o zona infraumbilical, la zona lumbosacra o las nalgas. • Dolor de suficiente intensidad como para requerir atención médica o provocar alteración funcional• Permanece durante 6 meses o más.
No hay datos epidemiológicos claros sobre el DPC pero se calcula que lo sufren el 15-20% de las mujeres de 18-50 años. El diagnóstico etiológico de esta afección es complejo y difícil, ya que son muchas las causas que en la actualidad lo motivan.
Condiciones ginecológicas o urológicas que pueden causar o exacerbar dolor pélvico crónico
GinecológicasLeiomiomatosisAdenomiosisEndometriosis Enfermedad pélvica inflamatoriaAdherenciasEndometritis crónicaQuistes anexialDolor ovulatorioDismenorrea atípica o dolor ovulatorioEstenosis cervicalRelajación pélvica sintomática (prolapso genital) Tumores malignos ginecológicosDispositivo anticonceptivo intrauterino Embarazo ectópico crónicoPólipos de endometrio o del cuello uterinoEndosalpingiosisOvario residual accesorio Síndrome de retención ovárica Restos de ovarioCongestión pélvica Salpingitis tuberculosaMesotelioma quístico benignoQuiste peritoneal postoperatorio
Urológicas Neoplasia de vejigaCistitis intersticial Cistitis por radiación Síndrome uretral Disinergia del detrusor Divertículo uretral Infección crónica del tracto urinario Cistitis aguda recurrenteUretritis aguda recurrentUrolitiasisCarúncula uretral
En el cuadro de DPC la vejiga es un foco frecuente de dolor. Se debe sospechar CI en cualquier mujer que presente DPC. La guía del American College of Obstetricians and Gynecologists informa que el 38-85% de las mujeres con DPC pueden tener CI. La CI no diagnosticada puede dar lugar a cirugías diagnósticas o terapéuticas innecesarias y sin resultados al ser confundida con un cuadro de DPC. En un estudio de control de casos se hicieron más histerectomías y laparoscopias en mujeres con CI comparado con otras cirugías pélvicas. La mayoría de las histerectomías (79%) se hicieron antes o en el mismo año del diagnóstico de CI y solo el 21% fueron hechas después de haber diagnosticado la CI, lo que indica que las histerectomías pueden haber sido realizadas por dolor relacionado con una CI no diagnosticada, como también lo demuestran otros estudios.
¿Cistitis intersticial o vulvodinia?
La vulvodinia se define como la sensación crónica de quemazón, punzadas o dolor vulvar en ausencia de una patología clara. Los datos epidemiológicos existentes indican una prevalencia de 10 al 28% durante toda la vida de la mujer. Las pacientes con CI o vulvodinia pueden presentar síntomas de DPC, dolor vulvar y/o dispareunia. Varios estudios de casos describieron pacientes que sufrían ambas condiciones en forma concomitante. Puede haber etiologías comunes a ambas enfermedades. Tanto la vulva como la vejiga derivan del seno urogenital embrionario y comparten la inervación del nervio sacro. Las afecciones que afectan a la vejiga también pueden provocar síntomas en la vulva y viceversa. La inflamación neurogénica puede representar un papel en el dolor referido de una zona hacia la otra. En todas las pacientes con vulvodinia debe sospecharse la CI.
¿Cistitis intersticial o vejiga hiperactiva?
La vejiga hiperactiva se caracteriza por urgencia urinaria con o sin incontinencia de orina de urgencia y comúnmente se acompaña de polaquiuria y nocturia, en ausencia de patología evidente. Como en la CI, la fisiopatología de la vejiga hiperactiva no está claramente establecida pero también puede haber un compromiso de la actividad nerviosa, incluyendo patrones anormales de inervación en la pared vesical o hipersensibilidad de las vías de excitación secundarias.
En un estudio se comprobó la prevalencia elevada de CI en mujeres con síntomas de hiperactividad vesical refractarias al tratamiento anticolinérgico. Mediante la urodinamia y otros criterios se hizo el diagnóstico de hiperactividad idiopática del detrusor de la vejiga. La hiperactividad vesical refractaria fue definida como <50% de mejoría de los síntomas urinarios con el tratamiento anticolinérgico. Las personas sometidas al test de sensibilidad al potasio, el cual mide la sensibilidad anormal al potasio instilado en la vejiga. De 25 mujeres con diagnóstico de actividad del detrusor sin respuesta satisfactoria a los anticolinérgicos, 24 (96%) tenían el test de sensibilidad al potasio positivo. Estos resultados indican que la CI y la hiperactividad vesical deben ser diagnósticos presuntivos en pacientes con síntomas de urgencia/frecuencia. Ambas afecciones pueden diferenciarse por la presencia de dolor en la CI, aunque no todos los pacientes con CI relatan dolor, especialmente al comienzo. Un test de sensibilidad al potasio puede desencadenar los síntomas de dolor y urgencia en pacientes con CI en respuesta a la instilación de solución de potasio versus agua o solución salina normal. Los pacientes con hiperactividad vesical relatan con más frecuencia urgencia verdadera, definida como el deseo súbito e irrefrenable de orinar que no puede postergarse fácilmente y que hace que el paciente orine voluntariamente por temor a la incontinencia. En la CI, la urgencia suele asociarse con dolor y los pacientes orinan para aliviarlo. Los estudios hemodinámicos pueden ser útiles para establecer la presencia de hiperactividad del detrusor en los pacientes con hiperactividad vesical. Un registro de las micciones puede poner en evidencia síntomas como la polaquiuria o el dolor con la vejiga llena, lo cual permite diferenciar la CI de otras afecciones.
Opciones diagnósticas para la cistitis intersticial
La CI y el SVD son más comunes que antes y pueden ser difíciles de diferenciar de otras afecciones con síntomas superpuestos. Las mujeres con DPC consultan más al ginecólogo que a cualquier otro especialista y pueden no recibir otro tipo atención médica primaria, por lo tanto, los ginecólogos deben tener in mente la CI en su población de pacientes y pesquisar y tratar a esta afección potencialmente discapacitante.
En el pasado, el diagnóstico de CI se hacía siguiendo los criterios del National Institutes of Arthritis Diabetes Digestive and Kidney Diseases (NIDDK). En un principio estaban diseñados para la investigación y basados en un consenso de expertos y no en evidencia clínica. En la actualidad, se ha comprobado que esos criterios puede generar un error diagnóstico en el 60% de los pacientes con CI confirmada o sospechada sobre la base del criterio clínico. Otros estudios comprobaron que los pacientes con CI que no cumplían con los criterios de NIDDK muestran una pequeña diferencia con los pacientes que sí lo hacían por los síntomas, los marcadores urinarios, la capacidad vesical o las características de la biopsia. Ahora se acepta que el diagnóstico de CI debe basarse en los síntomas luego de excluir otras afecciones similares.
La European Society para el Estudio de la CI/SVD propone que el diagnóstico de CI se base en la presencia de DPC (>6 meses), presión o malestar acompañados de al menos de 1 síntoma urinario como urgencia o polaquiuria. Por otra parte, se deben excluir las enfermedades con síntomas similares. Otras enfermedades pueden ser excluidas por la historia clínica, el examen físico, el análisis de orina y el urocultivo, la urodinamia o la cistoscopia con hidrodistensión. La biopsia o la cistoscopia con hidrodistensión no son necesarias para el diagnóstico de CI, aunque pueden ayudar a documentar su presencia o clasificarla por tipos.
La evaluación de una mujer con dolor pélvico, urgencia miccional o polaquiruria, vulvodinia o dispareunia comienza con una historia detallada para establecer el comienzo, la frecuencia y la localización del dolor, el cual, en un paciente con CI suele presentarse con la vejiga llena y aliviarse luego de su vaciamiento. El dolor y otros síntomas empeoran antes de la menstruación, mientras que en la endometriosis el dolor empeora durante la menstruación. El registro de las micciones puede ayudar a establecer la frecuencia, la nocturia y la presencia de disparadores como alergias, ciertos alimentos y/o el coito. Para obtener esta información también puede ser útil el cuestionario sobre dolor, urgencia y frecuencia y los índices de síntomas y problemas de cistitis de O’Leary-Sant.
Mediante el examen físico se descartarán la vaginitis, las lesiones vulvares y los divertículos uretrales como así otras patologías. El dolor en la uretra y la base de la vejiga son típicos de CI. El análisis y el cultivo de orina descartarán la hematuria y la infección. Un urocultivo positivo que indique la necesidad de un tratamiento no descarta la coexistencia de CI, particularmente en pacientes con síntomas recurrentes. La hematuria persistente, el tabaquismo, la edad >40 años u otros factores de riesgo de carcinoma vesical hacen sospechar el cáncer de vejiga. Están indicadas la citología urinaria y la cistoscopia.
Otras pruebas opcionales incluyen el test de sensibilidad al potasio y la estimulación intravesical anestésica. Mediante la instilación de cloruro de potasio intravesical se comparan los síntomas provocados (dolor y urgencia) con los síntomas que aparecen luego de la instilación de solución salina normal o agua. Los sujetos con una cubierta normal no responden a ninguna de las soluciones mientras que los sujetos con epitelio vesical anormal experimentan dolor y/o urgencia en respuesta al potasio. Esta prueba puede ayudar a localizar el dolor en la vejiga, aunque no es específica para la CI; los pacientes con vejiga hiperactiva o ITU también pueden tener una respuesta positiva. La instilación vesical anestésica también puede ayudar a localizar el origen del dolor en la vejiga. La cistoscopia permitirá descartar el cáncer de vejiga y acompañada o no de hidrodistensión pueden confirmar la presencia de CI. Los pacientes con CI a veces presentan úlceras de Hunner. La falta de hallazgos con la cistoscopia no descarta la CI.
Manejo del paciente con cistitis intersticial
Los tratamientos propuestos son varios: modificación del estilo de vida (dieta), tratamiento oral, tratamiento intravesical, fisioterapia y cirugía. Una revisión reciente concluyó que los tratamientos más recomendados son el pentosan polisulfato de sodio, la amitriptilina, la hidroxicina, la ciclosporina A, el dimetil sulfóxido intravesical, la resección transuretral de las úlceras de Hunner y, la cirugía mayor reconstructiva. Dada la variedad amplitud de síntomas asociados con la CI y la posible etiología multifactorial, el mejor abordaje es un tratamiento multimodal que pueda ser adaptado a cada paciente.
Los únicos tratamientos aprobados por la FDA para la CI son el pentosan polisulfato de sodio y el dimetil sulfóxido intravesical. El mecanismo de acción de este último se desconoce aunque se cree que posee propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Muchos estudios clínicos han comprobado la eficacia del pentosan polisulfato de sodio para mejorar los síntomas de CI y está indicado para aliviar el dolor o malestar vesical de la CI. Aunque su mecanismo de acción no es claro, se cree que este compuesto símil heparina ayuda a restaurar la función de barrera del epitelio vesical. Debido a que el pentosan polisulfato de sodio puede mejorar la CI, debe estar incluida en los planes terapéuticos de los pacientes con diagnóstico de CI.
Otros agentes también utilizados para aliviar los síntomas de CI son los antihistamínicos y los antidepresivos tricíclicos (con efectos analgésico, antihistamínico y anticolinérgico). La instilación intravesical de diversos agentes, casi siempre combinada con un cocktail de anestésicos locales y reemplazos exógenos de la barrera de glucosaminoglucano, son efectivos para reducir los síntomas al comienzo del tratamiento o durante la reaparición de los mismos.
Conclusiones
La cistitis intersticial tiene muchos cuadros clínicos en común con otras afecciones uroginecológicas. La evidencia indica que la CI puede ser no ser diagnosticada o coexistir con otras afecciones. La falta de diagnóstico de CI podría justificar la existencia de casos con otros diagnósticos que son refractarios al tratamiento. Los hallazgos básicos pueden ayudar al médico a identificar la CI y diferenciarla de otras condiciones parecidas.
Traducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti. Esp. Medicina Interna.Referencias1.Butrick CW. Interstitial cystitis and chronic pelvic pain: new insights in neuropathology, diagnosis, and treatment. Clin Obstet Gynecol 2003;46: 811–23.2.van de Merwe JP, Nordling J, Bouchelouche P, et al. Diagnostic criteria, classification, and nomenclature for painful bladder syndrome/interstitial3.cystitis: an ESSIC proposal. Eur Urol 2007. 4.Hanno PM, Landis JR, Matthews-Cook Y, et al. The diagnosis of interstitial cystitis revisited: lessons learned from the National Institutes of Health Interstitial Cystitis Database study. J Urol 1999;161:553–7.5.Clemens JQ, Link CL, Eggers PW, et al. Prevalence of painful bladder symptoms and effect on quality of life in black, Hispanic and white men and women. J Urol 2007;177:1390–4.6.Link CL, Pulliam SJ, Hanno PM, et al. 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domingo, 7 de febrero de 2010

INFORME MEMORIA CMP 2008-2009, DISCURSO DE TRANSFERENCIA NUEVA JD-CMP, DEBATE SOAT MEDICO

"Julio Castro Gómez" '
Para: vaga26@ terra.com.pe
Enviado: vie 5/02/10 23:15
Asunto:
Discursos Ceremonia de transmisión de Cargos (8 de enero), Memoria Gestión CMP 2008-2009 y debate sobre el Soat Médico en canal 5 tv. (2 de febrero)

Estimado colega y amigo:


Me dirijo a ti para hacerte llegar mi cordial saludo, esperando que el presente año que se inicia te sea propicio en el logro de tus proyectos profesionales y familiares.
De manera muy especial, hacerte conocer mi gratitud con ocasión de haber concluido dos años de conducción de nuestro querido Colegio Médico y de haber contado con tu apoyo en las distintas tareas a favor de la Orden Médica y la salud pública del país, habiéndo logrado cumplir con éxito las propuestas y compromisos de nuestro plan de trabajo.
Aprovecho de esta ocasión para adjuntarte la versión electrónica de la Memoria Institucional – Gestión 2008-2009, el video con los discursos de la Ceremonia de transmisión de Cargo del Consejo Nacional, y por último el video del debate sobre el Soat Médico que nuevamente se ha puesto en la agenda nacional con la intención de aprobarse por parte del Gobierno
Espero poder mantener una comunicación constante contigo, y para cualquier ocasión que lo consideres necesaria, te alcanzo mis coordenadas: celulares 996280407, 998529064 – RPM # 286418
Un fuerte abrazo,
Julio Castro Gómez

INDICE de la Memoria Institucional - Gestión 2008-2009 (PULSAR EN CADA TEMA PARA DESCARGAR)
Pág.
1

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Cubierta
8
Presentación
9
Capítulo I. Fortalecimiento institucional del CMP: balance positivo del cumplimiento del plan estratégico 2008 - 2009
19
Capítulo II. Defensa de la profesión médica: salud con dignidad
29
Capítulo III. Aportes del CMP a la salud pública del país
45
Capítulo IV. CMP promotor de la calidad de atención y la seguridad del paciente
57
Capítulo V. Eventos médicos: construyendo consensos y fortaleciendo la institucionalidad
73
Capítulo VI. CMP contribuyendo al desarrollo médico-científico
79
Capítulo VII. CMP pionero en la recertificación profesional y camino hacia la autorizacion como entidad certificadora
87
Capítulo VIII. Implementando acciones innovadoras en beneficio de los médicos y la comunidad
93
Capítulo IX. Gestión económica transparente, eficiente, eficaz y descentralista
103
Capítulo X. 40 años de funcionamiento del CMP. Continuando las tradiciones del desarrollo de la medicina peruana y proyectando sy accionar en la sociedad del conocimiento y el mundo globalizado
113
Capítulo XI. Retos y desafíos del CMP
122
Anexo 1. Plan estratégico CMP 2008-2009
134
Anexo 2. Hacia la implementación viable y sostenible de la xii política de estado del acuerdo nacional propuesta por el cmp
139
Anexo 3. Propuesta de lineamientos de trabajo para el Consejo Nacional de Decanos de los Colegios Profesionales por el CMP
139
Anexo 4. Apoyo al Programa Nacional de Civismo y Valores
141
Anexo 5. Declaración de los derechos de los médicos
147
Anexo 6. Centro de evaluación de competencias profesionales y simulación clínica del médico cirujano
152
Anexo 7. Directivos, comités y comisiones del CMP. Periodo 2008 - 2009
DISCURSOS DE LOS DOCTORES JULIO CASTRO GOMEZ Y CIRO MAGUIÑA VARGAS EN LA TRANSMICION DE CARGO (8 DE ENERO) (PULSAR EN CADA VIDEO PARA SER DESCARGADO)
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DEBATE SOBRE EL SOAT MEDICO EN CANAL 5 TV. (3 DE FEBRERO)
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miércoles, 3 de febrero de 2010

Necesitamos una medicina minimamente agresiva


Necesitamos una medicina minimamente agresivaLos pacientes se encuentran abrumados no sólo por la enfermedad sino también por el peso de un tratamiento en expansiónDres. May C, Montori VMair F.

BMJ 2009;339:485-487

Introducción
Las enfermedades crónicas constituyen la gran epidemia de nuestra época, pero las estrategias que hemos desarrollado para tratarlas produjeron una fuerte carga en nuestros pacientes. Estos tratamientos reducen el cumplimiento terapéutico, desperdician recursos y los resultados son pobres. Contra este panorama sugerimos una medicina mínimamente agresiva, que busca un tratamiento adecuado a la realidad cotidiana del paciente.
Falta de cumplimiento, culpa y susceptibilidad
El escaso cumplimiento a las recomendaciones del médico y los regímenes de medicamentos, constituyen un problema global de larga data. La falta de cumplimiento terapéutico es importante porque muchos tratamientos son eficaces solamente si se los emplea correctamente y requieren esfuerzo y ocupación por parte del paciente. La causa del la falta de cumplimiento terapéutico es compleja, pero se asumió que el paciente es el culpable principal.
Enfermedad crónica y carga crónica
Los estudios que enfocan el problema del no cumplimiento terapéutico a menudo excluyen dos grandes grupos de pacientes: los que tienen disminuida la capacidad de aceptar un régimen terapéutico debido a una limitación cognitiva y los que tienen morbilidades crónicas múltiples. Quizás más del 60% de las personas de edad avanzada tienen múltiples enfermedades crónicas.
El peso de las enfermedades crónicas no solamente recae sobre el paciente, sino también en las personas que lo cuidan y en los sistemas de salud. Por otra parte, las recomendaciones basadas sobre la evidencia aportan instrucciones específicas para los médicos, pero a menudo omiten reconocer los problemas. El tratamiento incordinado, significa que estos pacientes reciben a menudo regímenes de distintos médicos que generan una polifarmacia, aumentan los costos del tratamiento, producen efectos adversos e interacciones entre fármacos. Por lo tanto, los pacientes se encuentran abrumados no sólo por la enfermedad sino también por el peso de un tratamiento en expansión. El trabajo del paciente no se limita a seguir y controlar su propio tratamiento sino que incluye consultas médicas y estudios de diagnóstico. Los pacientes deben también organizarse para pasar información básica sobre su tratamiento a los distintos médicos, especialistas y proveedores de salud. En algunos países deben lidiar con las demandas del seguro y los sistemas de salud.
Los avances en el diagnóstico y el tratamiento tienen el efecto paradojal de aumentar el trabajo de ser enfermo que es agobiante para muchos pacientes y los médicos no responden a este problema adecuadamente y carecen de estrategias para descargar el peso.
Cuatro principios para ejercer una medicina minimamente agresiva
Hemos destacado dos problemas en el cuidado de las enfermedades crónicas: la falta de cumplimiento terapéutico y la falta de coordinación y carga terapéutica.
Nosotros proponemos que la falta de cumplimiento está inducida por el sistema de salud y proponemos cuatro principios para comenzar a resolver el problema.
Determinar la magnitud de la carga
Los médicos y los investigadores necesitan herramientas adecuadas para identificar los pacientes sobrecargados de tratamiento o que tienen dificultades en la comprensión del mismo. Estas herramientas deben describir la carga del tratamiento en los distintos individuos que reciben el mismo tratamiento, teniendo en cuenta los valores y preferencias del paciente así como los efectos de varias comorbilidades y las circunstancias sociales. La pregunta que el médico se debe hacer es: ¿cuál es el programa terapéutico más eficaz y menos agobiante para este paciente en este contexto de varias comorbilidades?El médico debe también indagar en el mismo paciente a lo largo del tiempo cuál es la carga del tratamiento. Debe evaluar el posible no cumplimiento del tratamiento ante las características particulares de cada paciente.
Estimular la coordinación en la práctica clínica
El rol de los médicos de atención primaria en el tratamiento de la enfermedad crónica, ha sido un tema de debate importante. Los incentivos en este aspecto se volcaron en mejorar la evolución de enfermedades crónicas específicas como la diabetes y el asma, en lugar de analizar y tratar la complejidad y la comorbilidad para realizar un tratamiento coordinado.
Reconocer la comorbilidad
Los efectos de la complejidad y de la comorbilidad están prácticamente excluidos de la mayoría de las recomendaciones y guías. La mejoría de la coordinación en el cuidado depende de una mejoría de la coordinación del conocimiento clínico y del desarrollo de técnicas sólidas que se traduzcan en recomendaciones clínicas que traten en forma explícita el manejo de las situaciones crónicas múltiples.
Si bien la permutación de comorbilidades son un problema, estas recomendaciones pueden cubrir situaciones clínicas que suelen coexistir como diabetes, enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
Priorizar la perspectiva del paciente
Los pacientes tienen un rol en la mejoría de la coordinación de su cuidado que se extiende más allá del trabajo administrativo realizado por un profesional sanitario. Teniendo en cuenta que solamente los pacientes y sus proveedores de salud pueden informar sobre la carga del tratamiento, ellos deben participar para decidir que condiciones deberán ser abordadas en primer lugar y en que medida. Por ejemplo, un paciente diabético asintomático, puede preferir un control de lípidos y de la presión arterial antes que el control de su glucemia.
La participación del paciente puede ser un aspecto central para desenmarañar la carga individual y colectiva del tratamiento. Juntos, estos principios pueden informar la conducta y la práctica para mejorar la eficacia y el costo clínico y al mismo tiempo ser más fácil, más seguro y más económico para que los pacientes organicen sus propias vidas. En este contexto, se evaluará si las polipíldoras constituyen un enfoque adecuado en los pacientes con comorbilidades. Estos enfoques mostraron ser eficaces para mejora los resultados en el tratamiento de los pacientes con VIH y SIDA.
Conclusiones
Debemos pensar más en la carga del tratamiento que es diferente a la carga de la enfermedad. Un criterio más profundo sobre la carga del tratamiento puede ayudarnos a pensar en una medicina mínimamente agresiva, en formas más eficaces de tratamiento y de aporte de ayuda que puedan reducir la carga del tratamiento en los pacientes.

Cuando dar esperanzas impide ser feliz "LOS DESESPERANZADOS FELICES"


Cuando dar esperanzas impide ser feliz"Los desesperanzados felices"Investigación de la UM muestra que los pacientes con enfermedades crónicas pueden ser más felices si abandonan las esperanzas.University of Michigan

ANN ARBOR, Michigan

Un estudio muestra que los pacientes de colostomía que creen que su condición es irreversible dieron cuenta de una mejor calidad de vida que aquellos que creentendrán cura.
El aferrarse a la esperanza quizás no contribuya a que los pacientes se sientan más felices mientras que lidian con enfermedades o condiciones crónicas, según un nuevo estudio de investigadores del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan.
"La esperanza es una parte importante de la felicidad", dijo Peter A. Ubel, director del Centro para las Ciencias de Conducta y Decisión en Medicina, de la UM, y uno de dos autores del estudio sobre los desesperanzados felices, "pero hay un aspecto negativo de la esperanza. A veces si la esperanza hace que la gente postergue el seguir adelante con sus vidas, puede interferir con la felicidad".
Los resultados muestran que las personas no se adaptan bien a las situaciones si creen que son de corto plazo. Ubel. y los otros autores —de la U. M. y de la Universidad Carnegie Mellon— estudiaron pacientes que tenían colostomía recientes: se les había extirpado el colon y debían tener los movimientos intestinales en una bolsa colocada afuera de su cuerpo.
Cuando se les practicó la colostomía a algunos pacientes se les dijo que la colostomía era reversible, esto es que habría una segunda operación para reconectar sus intestinos después de varios meses. A otros se les dijo que la colostomía era permanente y que jamás volverían a tener una función intestinal normal. El segundo grupo, el de las personas sin esperanza, dio cuenta de una mayor felicidad en los próximos seis meses que el de las personas con colostomía reversibles.
"Creemos que estaban más felices porque seguían adelante con sus vidas. Reconocían la suerte que les había tocado, y reconocían que no tenían otra opción más que jugar con las cartas recibidas", dijo Ubel, quien es además profesor en el Departamento de Medicina Interna.
"El otro grupo seguía esperando para que sus colostomía se fueran revertidas", agregó. "Estas personas comparaban su vida actual con la vida que esperaban tener y no sabían aprovechar lo bueno de su situación presente".
La investigación se publicó en la erección de este mes de la revista Health Psychology.
Con Ubel trabajaron en la investigación Dylan M. Smith especialista doctorado de investigción en el Centro de Investigación y Desarrollo de Servicios de Salud de VA en Ann Arbor; y la psicóloga de la UM, Alexandra Jankovic, del Centro para las Ciencias de Conducta y Decisión en Medicina de la UM; y George Loewenstein, Profesor en el Departamento de Ciencias Sociales y de Decisión en la Universidad Carnegie Mellon.
Loewenstein dijo que estos resultados pueden ayudar a explicar por qué las personas que pierden su cónyuge por muerte a menudo se recuperan emocionalmente con el tiempo mejor que las personas divorciadas.
"Si su esposo o su esposa muere para usted es algo que se termina. No queda pendiente alguna posibilidad de reconciliación", dijo Loeweinstein.
Ubel indicó que los profesionales de la asistencia de salud encuentran que es más fácil darles noticias optimistas a los pacientes aún cuando crean que su pronóstico es desfavorable, y lo justifican presumiendo que el aferrarse a la esperanza es mejor para el paciente.
Loeweinstein añadió: "puede que para el médico sea más fácil darle al paciente un mensaje esperanzado, aún cuando no haya mucha razón objetiva para la esperanza, pero quizás no sea lo mejor para el paciente".
"Los mensajes esperanzados quizá no sean los más beneficiosos para el paciente y pueden interferir con su adaptación emocional", señaló Ubel. "Yo no creo que debamos privarlos de toda esperanza. Pero sí creo que tenemos que ser cuidadosos de no alentar tantas esperanzas que las personas que visten seguir adelante con sus vidas".
La investigación recibió fondos del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano. Smith tuvo el apoyo de un premio para desarrollo de carrera del Departamento de Asuntos de Veteranos.

Las razones de una atracción

La pareja humana: conductasLas razones de una atracción¿Qué lugar ocupa la apariencia física en el imaginario de las mujeres? ¿Qué preferencias tienen los varones a la hora de posar sus miradas? La psicología explica algunos porqués.


El punto es para qué. ¿Para atraer al sexo opuesto?; ¿para convertirse en el ideal de belleza de otras mujeres?; ¿para elevar su autoestima? O, quizá, por todo esto junto, las mujeres se fijan -y mucho- en su apariencia física.Visitan consultorios de médicos esteticistas, levantan pesas en los gimnasios, concurren religiosamente a institutos de belleza que prometen mejorar su figura y, en ocasiones, hasta llegan a padecer grandes y peligrosas "hambrunas" para perder algunos kilitos.Desde la industria de la moda y el marketing, la artillería pesada está a la orden del día: lencería con encaje, sandalias con altísimas plataformas, jeans al cuerpo que cortan la respiración, escotes, animal print...La Argentina se posicionó tercera en el número de cirugías estéticas, en el último ranking mundial publicado por la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, sólo superada por Estados Unidos y México. Un estudio realizado en 2007 por TNS Gallup en Latinoamérica reveló que las mujeres están más interesadas que los hombres en someterse a intervenciones. En 2009, otra investigación de la consultora detectó que el 96% lleva a cabo las más variadas estrategias para verse bien.Si se da por descontado que el motivo principal de semejante esfuerzo radica en agradar al sexo opuesto, cabe preguntarse si ellas conocen verdaderamente qué motiva la atracción de los hombres. Y, además, restaría averiguar el orden de preferencia en el universo masculino según pasan los años.El doctor Jorge Alberto Franco, médico psiquiatra, profesor adjunto de Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA y autor del libro Sexo y sexualidad en el siglo XXI, afirma que el ideal de mujer o de varón de un sujeto corresponde a una conjunción de su historia social e individual y del grupo social, económico y cultural en el que fue formado. Por otro lado, la psicología evolucionista incluye algunos aspectos universales, como la simetría y la proporción de los rasgos, que ambos sexos tienen en cuenta a la hora de buscar descendencia.De todos modos, no es tan fácil descifrar qué de las mujeres atrae a los hombres. Ellas piensan que ellos prestan mayor importancia a lo físico, y las investigaciones les dan la razón, pero no en la medida en que ellas creen. Asegura el sexólogo que los varones tienen una visión más corporal; generalmente observan las diferentes zonas del cuerpo, los ojos (desde el color hasta la manera de mirar) y la boca -aunque en el futuro renieguen de su elección y se quejen si las capacidades intelectuales y recursos psicológicos son escasos-. Llevan consigo la contradicción entre la belleza corporal y algunas características de la personalidad. Cuando afirman "es una buena chica, muy simpática" es probable que no prospere, en un primer intento, la relación amorosa.Opiniones y realidadesLa mujeres, en cambio, tienen, según el doctor Franco, una mirada más integral del varón. Incluyen aspectos generales de la personalidad, como la simpatía, el humor y la inteligencia. Es común que se sientan atraídas por sus capacidades en general, sobre todo aquellas valoradas en la sociedad actual: el reconocimiento artístico, cultural, deportivo o económico.En la actualidad, algunas investigaciones muestran que la mujer se está volviendo un poco "más carnal y el hombre un tanto más emocional". Es común escuchar que ellas elogien zonas como la cola y, aunque este rasgo aún es débil, se va imponiendo. Franco opina que son interesantes las características de personalidad que se corresponden. Por ejemplo, cuando se habla del tipo de cola, si es achatada, él es achatado, y si es firme, él es firme.Cuando se les pregunta a ellos qué miran en las mujeres, ¿contestan con total sinceridad? Queda cierta duda, sobre todo si la pregunta es formulada por una mujer. En una tarde en un bar, a pesar del bullicio que ocasiona la pregunta, se puede advertir que para los más jóvenes no pasan inadvertidas la cola y la cara en general, sobre todo los ojos, aunque reparan también en la actitud y en la buena presencia.Los maduros, en cambio, se muestran atraídos por todas las curvas, la cola y los pechos. Pero les dan igual importancia a otros condimentos, como el misterio, la seducción y la sensualidad.Stendhal decía: "La belleza es una promesa de felicidad". Ante la dificultad de definir qué es lo bello que atrae, ya que "la belleza está en el ojo de quien mira", la sabiduría popular italiana sostiene: "Non é bello quel che é bello, il bello è quello che mi piace" ("No es bello aquel que es bello; el bello es aquel que me gusta").A grandes rasgos, las mujeres oscilan entre lo curvilíneo del "baby face" y lo rectilíneo y agudo de la testosterona, como signo de masculinidad. Por lo general, los hombres aprecian tanto en el cuerpo como en el rostro lo curvilíneo de la hormona estrogénica femenina. En la actualidad, un poco por los dictámenes de la moda y otro poco por la impronta del gimnasio, se impuso también la mujer llamada "saludable musculosa", estilo Madonna.¿El varón va directamente al grano? Comenta el especialista que el erotismo de la mujer involucra todo el cuerpo; ella disfruta de la caricia como un fin en sí mismo. Para el varón, que es mucho más visual, es sólo un medio para lograr el contacto coital. Ambos difieren en las habilidades: en el hombre se destaca la capacidad neuroespacial, necesaria por ejemplo para manejar un automóvil. En la mujer se hace más evidente la habilidad lingüística, expresiva y de memoria, como también la de poder desarrollar varias actividades simultáneas yo más de una conversación a la vez.Cuestiones quimicasCuando un hombre y una mujer se atraen, entra en escena "la química". Existen estímulos concretos de tipo físico que producen un aumento en la producción de varios neurotransmisores como las hormonas oxitocina y dopamina, relacionadas con el estado de bienestar, alegría y placer. Estas sensaciones no han pasado inadvertidas para los perfumistas, que incluyeron siempre en la fórmula de sus fragancias este elixir del amor.Estudios antropológicos efectuados por Irenäus Eibl-Eibesfeldt comprobaron que algunos rituales del cortejo animal subsisten en expresiones inconscientes de los humanos. La coquetería, por ejemplo, parece evocar la fuga simulada de la hembra, que invita al macho a seguirla: "Este interesarse y desinteresarse son comportamientos típicos del coqueteo que se manifiestan principalmente a través del lenguaje de los ojos".La psicología muestra los factores que contribuyen en la atracción de los sexos, y las encuestas arrojan sus cifras. Pero no está todo dicho, por suerte, para los que no quieren poner todo en palabras y sí mantener el misterio de esa "magia".En un reportaje al artista Joaquín Sabina le preguntaron qué era una canción. Con su tono inconfundible, respondió: "Una buena letra, una buena música, un buen intérprete y algo más que nadie sabe lo que es, pero que es lo único que importa".Por Claudia Nobilocnobilo@lanacion.com.arAlgo de insatisfacción¿Existen aspectos patólogicos en el ideal de belleza? Básicamente, son dos: el fetichista y el dismórfico.El primero se produce cuando la atracción de la pareja está puesta en forma obsesiva en una parte corporal del otro. La persona sólo se relaciona con quien cumpla con esa condición. Un ejemplo de esto fue el tamaño de los pies, que tantos problemas les trajo en el pasado a las mujeres chinas. Puede darse también el rechazo, o antifetiche, como en el caso de los glúteos pequeños o chatos, y la forma o el tamaño de los dedos de la mano, según explica el especialista.Otro trastorno de importancia es el dismórfico, en el cual la persona nunca alcanza el ideal de belleza que se propone (se da más en mujeres que en varones). Le adjudican al mínimo defecto físico, indetectable para otros, la causa de su malestar psicológico. Esta insatisfacción, sumada a la obsesión narcisista por conseguir lo imposible, hace que muchas veces se expongan al riesgo de múltiples cirugías estéticas.

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