domingo, 31 de julio de 2011

¿Amansado?

Dom, 31/07/2011 . Por: Fernando Rospigliosi

Con un escandalete innecesario, provocado por Ollanta y un discurso mediocre, sin perspectivas, se inició el nuevo gobierno.

Si Humala cree que va a satisfacer a sus electores izquierdistas con gestos insustanciales como jurar por la Constitución de 1979, probablemente se esté equivocando. Eso solo servirá para entretener a la galería por muy poco tiempo.

Muchos de sus votantes respaldaron a Humala convencidos de que su moderación de la segunda vuelta era para confundir al enemigo. Ahora empiezan a sospechar que los engañados han sido ellos. Poco a poco la niebla se irá disipando y la cruda realidad aparecerá ante sus ojos.

Conglomerado

Algunos titulares de la prensa no adicta a Humala muestran el alivio: “Mensaje moderado”, dice Correo; “Giro gradual”, Perú21.
El discurso de 28 de julio confirmó la tendencia mostrada al designar un gabinete con un
amasijo conformado por un ortodoxo en Economía, algunos izquierdistas moderados en ciertas carteras, militares manipulables en Interior y Defensa, y solamente una radical en un ministerio al que se le quitarán competencias.

Para los que solo están preocupados en la permanencia de la política económica de los últimos gobiernos, sin duda hay motivos para respirar con tranquilidad.

Otras señales de la pareja presidencial, de sus familiares y su entorno inmediato, también aquietan los temores de algunos. La poco disimulada fascinación por el dinero, el lujo, la vinculación con las clases altas, el disfrute del poder y la parafernalia que trae aparejado serían indicativos de que Humala y sus allegados ya fueron aquietados y domesticados.

No obstante, hay otras señales que podrían hacer encender las alarmas. La inclusión de Kurt Burneo en el gabinete, con poderes añadidos, ha sido considerada como una manera de contrapesar al titular de Economía, Luis Miguel Castilla.

Según los suspicaces, Burneo sería un permanente crítico de Castilla, encargado de desgastarlo hasta que arroje la esponja y se vaya.

Militares

En otras áreas, las designaciones ministeriales no auguran nada bueno. En Interior y Defensa, Humala incumplió flagrantemente su juramento sobre la Biblia y ante los autodenominados garantes nombrando a dos militares para esos cargos.

Como he dicho en otras ocasiones, lo de los garantes era un cuento chino. Ese grupo de respetables personalidades no era capaz de garantizar ninguno de los juramentos de Humala, porque no tienen poder para hacerlo. Por supuesto, pueden estar vigilantes y criticar, reprochar y amonestar a Humala.

En el caso del nombramiento de militares en esos ministerios, los garantes ni siquiera han amonestado a su candidato por la desfachatada ruptura de su juramento.

En el caso de Defensa, el peligro evidente es que Humala intente aprovechar su vinculación y conocimiento de las Fuerzas Armadas para utilizarlas como un instrumento político.
Con el general (r) Daniel Mora en ese cargo, el riesgo es alto.

Mora es un inepto y oportunista, sólo interesado en conservar el puesto el mayor tiempo posible.
Será entonces un dócil instrumento de Humala y del coronel (r) Adrián Villafuerte.

En el Ministerio del Interior, Humala ha seguido el camino de Alan García, designando a alguien de su confianza sin interesarle si está capacitado para el cargo. Obviamente quiere usar ese ministerio para sus propósitos.

Solo las dictaduras han designado militares en Interior (1968-1980 y 1990-2000) para controlar a la policía en función de sus intereses y con la equivocada noción de que los asuntos de seguridad deben ser militarizados. (Ver los artículos de Gustavo Carrión y Carlos Basombrío en http://compartidoespacio.blogspot.com/).

Peor aún, Humala cree que él mismo puede hacerse cargo de la seguridad, poniéndose al frente del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana, decisión insólita que no ayudará en nada a mejorar la situación y que lo pondrá a él como blanco de muchas críticas.

Congreso

En el Congreso, como era previsible, Humala no tendrá problemas, por lo menos al principio. Daniel Abugattás es un acólito obediente y la bancada fujimorista no tiene todavía la capacidad de aliarse con otros grupos para hacer una oposición decisiva, solo vocinglera.

Pero las cosas podrían cambiar en el futuro. Carlos Bruce, absurdamente expulsado de Perú Posible, podría jugar un papel importante como uno de los líderes opositores, si se decide a ello.

Es un político hábil, demócrata, moderado y con experiencia. Podría empeñarse en construir una coalición opositora que pueda frenar los desatinos del gobierno y, sobre todo, fiscalizar a un Poder Ejecutivo que no se caracterizará por la honestidad y la transparencia.

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