jueves, 27 de octubre de 2011

Salud global

ENFOQUE.

Acaba de culminar la I Conferencia Mundial sobre Determinantes Sociales de la Salud en Río de Janeiro, impulsando una mirada integral de la salud y del desarrollo. "
Alexandro Saco

La I Conferencia mundial sobre los Determinantes Sociales de la salud (DSS) se desarrolló del 19 al 21 de octubre en Río de Janeiro, convocada por la Organización mundial de la salud (OMS) y con el apoyo decidido del gobierno de Brasil, sin cuyo aporte habría resultado inviable.

La realización de la conferencia fue una de las recomendaciones del informe Subsanar las desigualdades en una generación, emitido por la Comisión Independiente de DSS por encargo de la OMS, que plantea alcanzar la
equidad en salud y social.

Los
DSS son las causas que explican que los individuos o las sociedades cuenten con determinadas condiciones de mejor o peor salud; por eso este abordaje incorpora los temas no sólo de asistencia médica, sino la influencia de la economía, el comercio, el medio ambiente, el trabajo, la alimentación, la contaminación, la violencia, la discriminación, el acceso a recursos naturales, entre otros factores que permiten explicar de mejor modo la condición de salud de las personas y grupos humanos.

Acaso el ejemplo más claro sobre los DSS se pueda observar en lo laboral y en la nutrición. Como sabemos un minero que pasa largas jornadas durante años expuesto a sustancias que afectan la salud, tendrá una expectativa de vida mucho menor que la del funcionario de un banco; del mismo modo una persona con una alimentación balanceada tendrá una expectativa saludable mejor que la de una persona que se alimenta sobre todo de comida chatarra.

SISTEMAS UNIVERSALES


Si bien por la naturaleza multilateral de la OMS no se espera una declaración que cuestione el modelo de desarrollo como causa principal de las inequidades que se traducen en peores condiciones de salud, el hecho es que con esta Conferencia se abre una discusión relevante en el mundo actual, que fortalece a la salud pública como ámbito de intervención; cada vez es más aceptado por los gobiernos que se trata de un asunto transversal que idóneamente abordado puede lograr transformaciones.

Uno de los ejes que organizaciones no gubernativas como el People Health Movement (PHM) a nivel global, la Asociación Latinoamericana de Medicina Social (ALAMES), y Foro salud en el Perú, han pugnado por incorporar en las discusiones es el fortalecimiento de los sistemas universales de seguridad social (en salud) como respuesta a las crisis recurrentes del sistema económico.

Ello confronta el argumento neoliberal que sostiene que a más crisis más restricciones en la protección social, es decir la factura la pagan los ciudadanos a costa de sus derechos; al contrario, frente a las crisis lo necesario es justamente fortalecer los sistemas de protección para que llegado el momento las personas puedan enfrentar de mejor modo sus contingencias de todo tipo.

Trasladando esa lógica al país, en el caso de la salud hoy lo que se requiere es fortalecer, mejorar y extender los sistemas de seguridad social universal en salud, e ir diluyendo los programas focalizados, que parten de una lógica restrictiva con el argumento de la escasez de recursos que responde justamente a las sucesivas crisis financieras globales.

CHIP salud


Como vemos, el movimiento por el logro de una salud para todos se encuentra plenamente vigente, y confronta desde las organizaciones sociales locales, regionales y globales aquel chip mental que sostenidamente nos han incrustado para hacernos pensar que las cosas como las conocemos son lo natural.

Nada más interesado, ya que esa creencia es la que permite la persistencia de inequidades e indignidades que los seres humanos deben reconocer y superar. La salud hoy por hoy es una de las entradas, acaso la más coherente e integral, para revertir las inconsistencias de un modelo que literalmente mata de hambre habiendo alimentos de sobra en el mundo para todos, o que al ritmo actual de consumo condena al planeta a una muerte lenta.

La salud no es sólo un asunto de hospitales y atención de la enfermedad, sino un conjunto de condiciones y posibilidades que derivan en mejores o peores condiciones de vida.


Por eso es necesario que la salud pública y las demás políticas públicas asuman la enorme posibilidad que se abre para la sociedad si es que abordamos el desarrollo desde una perspectiva integral que la salud permite. La dimensión política de la salud atraviesa sobre todo a la economía; una justa redistribución de los recursos parte por priorizar el abordaje de los DSS

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