sábado, 1 de octubre de 2011

PUNTO DE VISTA

¿Un palco es un domicilio?

Por: José A Tirado Barrera Abogado (*)
1 Octubre 2011

Luego de la muerte ocurrida en el estadio Monumental, se trató de explicar por qué no era posible que se ejerciera control en los palcos afirmando que se encuentran protegidos por el derecho a la inviolabilidad del domicilio. Sin embargo, no existen razones para ello.

El derecho a la inviolabilidad del domicilio sirve para proteger no al inmueble en sí mismo, sino el desarrollo de la vida íntima y familiar de su titular dentro del mismo.

Es aceptado que la intimidad solo puede desplegarse a plenitud si se impide conocer a los demás facetas de nuestra vida que desarrollamos sin necesidad de atender las convenciones sociales, sin tener en mente “el qué dirán”. No en vano el derecho a la intimidad fue concebido en EE.UU. como el derecho a estar solo.

Esa es la razón de la protección del domicilio. Es posible considerar protegido por este derecho la casa que habitamos o un local en que podamos desarrollar aspectos de nuestra vida que deseamos, válidamente, mantener lejos del conocimiento de otros, como la habitación de un hotel.

No es razonable sostener que el palco de un estadio sea un espacio en el que se espera desarrollar una actividad íntima, personal o familiar. Por el contrario, su propia finalidad (asistir a un espectáculo público) hace que esté destinado o no se prohíba a los demás ver qué hacemos en él.

Si no se aceptara lo anterior, los argumentos sobre la imposibilidad de ejercer control no resisten el menor análisis. Recordemos que muchos edificios multifamiliares prohíben la tenencia de mascotas o fijan horarios para fiestas para comprender que todos los derechos tienen límites y sean razonablemente restringidos.

Si se hubiera impedido el acceso de licor a los palcos, ¿se habría violado algún derecho? No se viola ningún derecho si las restricciones que se impongan a los asistentes a los palcos de un estadio (evitar peleas, impedir objetos peligrosos, realizar controles de alcoholemia) sean razonables para mantener el orden y seguridad de los demás.

Nada de lo que se haga o diga ahora podrá reparar el dolor que significa una muerte absurda como la ocurrida en el estadio Monumental, pero tal vez si reflexionamos sobre ello podamos evitar otras en el futuro.

(*) Estudio Grau Abogados

No hay comentarios: