jueves, 30 de junio de 2011

La América mestiza se une

Por: Juan Velit Granda Internacionalista
Jueves 30 de Junio del 2011

Abraham Lincoln solía decir: “Si no estamos unidos ahora, nos derrotarán por separado mañana”. En la esencia de esta frase creemos descifrar el mensaje que ha enviado el presidente electo Ollanta Humala con sus viajes al exterior.

Apenas se tuvo noticias de su triunfo electoral se prepararon los arreos para acercarse a las naciones con las que tenemos relaciones privilegiadas y algunas “hipotecas”, a decir de José Antonio García Belaunde, nuestro ilustre canciller.

Pero el mensaje era suficientemente claro para que todos puedan entenderlo. No vamos a explicar las señales que se han dado en las visitas a los diferentes países. Fronterizos algunos y con relaciones históricas otros, ni al orden en que se realizaron, porque ya han sido expuestas por analistas más doctos que este escriba.

Vamos a dar solo una pincelada al complejo proceso de globalización y de integración que está sonando como una clarinada de alerta en este instante crucial para Latinoamérica.

La globalización
se manifiesta actualmente en la puesta en marcha de una concepción democrática occidental que se sostiene en la existencia de partidos políticos, elecciones libres, parlamentos con iniciativas, libertad de expresión, derechos humanos, Estado de derecho, autonomía del Poder Judicial y un largo etcétera.

En un interesante libro escrito por el parlamentario andino y destacado estudioso de temas internacionales Juan Mariátegui, titulado “Globalización e integración latinoamericana”, se habla de la urgencia de fortalecer los esfuerzos para que la integración de la América mestiza se inicie lo antes posible para estar mejor premunidos de los blindajes necesarios en las negociaciones con bloques más poderosos.

Uno de los desafíos que nos obliga la hora presente es el de tener que afrontar, los países medianos y pequeños, el tema de la cooperación norte-sur. Nos referimos, principalmente, a las relaciones de las potencias mundiales con los países en vías de desarrollo.

Nosotros tenemos antecedentes históricos de integración. Desde que finalizaron las campañas libertarias de los países latinoamericanos se iniciaron los intentos de confederación entre nuestras nacientes repúblicas como la Gran Colombia, Provincias Unidas de Centroamérica y la Confederación Perú-Boliviana, que fracasaron por las pugnas políticas, las percepciones de amenaza, las intervenciones extranjeras y el recelo de las clases gobernantes de perder poder.

En los últimos tiempos, especialmente desde 1960, aparecieron una serie de señales que evidenciaban los esfuerzos integradores como la Asociación de Latinoamericana de Libre Comercio (Alalc) y el Mercado Común Centroamericano (MCCA).

Posteriormente, una larga lista de siglas ha continuado con la voluntad política de unirnos. Tal vez los que tienen mayor relevancia en la región sean la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) y la creación de organizaciones intergubernamentales como la Comunidad Andina (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).

En el 2004, en el Cusco, a iniciativa de los presidentes Alejandro Toledo y Luiz Inácio Lula da Silva, se crea la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Es la primera vez que los países latinoamericanos convergen en una fórmula integradora sobre la base de dos bloques, la CAN y el Mercosur, con la ausencia de EE.UU.

El inicio de cualquier marcha es con un primer paso. Estamos en el momento histórico de darlo.

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