miércoles, 25 de mayo de 2011

La bulimia política

CRISIS DE PARTIDOS Y HORA DE DECIDIR BIEN

La bulimia política

.
Por: Ernesto Velit Analista Político
25 de Mayo del 2011

Pocas veces el pueblo peruano se encontró ante la disyuntiva de tener que escoger para presidente entre dos candidatos que exhiben más debilidades que fortalezas, más insuficiencias que conocimientos.

Igualmente, no hay antecedentes de una campaña en la que el escenario político se pareciera tanto a un campo de batalla de gladiadores definiendo el derecho a sobrevivir sin reparar en los métodos para eliminar al adversario, aunque ello signifique recurrir a quien poco antes fue enemigo irreconciliable. No hay historia de tanto agravio en una campaña. Agravio que parece bloquear definitivamente la posibilidad de un entendimiento posterior, de trabajo conjunto, de todo aquello que el país reclama ante la montaña de asuntos por resolver y en el convencimiento de que un solo partido no puede afrontar tamaño desafío.

Se cometieron errores que mostraron el lado oscuro de los partidos.
Nos enseñaron que no han aprendido nada en su caminar político, que tienen mentalidad caciquista, que no tienen reparo en mostrar los mismos nombres desde hace más de veinte años y que ni siquiera les preocupa que algunos de sus representantes tengan graves problemas que dilucidar ante la justicia.

.

La primera vuelta envolvió con sus resultados a más de un partido en un torrente de pena negra que no esperaba. Y no esperaba porque ni siquiera tuvieron lucidez para administrar los mensajes que las encuestas les enviaban de advertencia. Todos creían que les eran favorables, como si eligiéramos cinco presidentes.

Y cuando los resultados mostraron la perversa verdad de los números, no tuvieron nivel para asimilar sus consecuencias. Y todos, sin excepción, entraron en crisis, de la que aún no logran salir, buscando responsables a quien culpar y que les permitan disfrazar la debilidad de sus propias limitaciones y miserias.

Ahora que al país poco parece preocuparle la situación de los partidos, nos encontramos ante la triste realidad de tener que escoger entre
dos candidatos unidos por la desconfianza y víctimas, ambos, de una orquestación mediática que pone en duda la calificación moral y ética de algunos medios de información
. Se ha llegado, incluso, a alquilar personajes que, como mercenarios de la televisión, ajenos a cualquier ética, cumplen tareas denigrantes según el volumen de la paga.

No podemos dejar de lamentar el haber llegado a esta situación. No debió ser así. Se debió prever la posibilidad, pero nadie lo advirtió. Cada uno miraba su propio ombligo, sin pensar en la amenaza que se acercaba y en el abismo al que nos dirigíamos.

Ya es muy tarde para estas reflexiones.
Solo queda acudir a la cita de la segunda vuelta y hacer de nuestra decisión de votar un gesto de conciencia y de nuestro voto un mensaje de esperanza para quienes vienen detrás. Hurguemos en los antecedentes de cada candidato, tratemos de identificar quiénes forman su entorno, busquemos la intencionalidad del discurso, y evitemos errores del pasado por los que hemos pagado tributos muy altos.

Solo así nos libraremos del sufrimiento que significa padecer cinco años los efectos de la bulimia política.

No hay comentarios: