martes, 27 de septiembre de 2011

La transparencia inútil

Esta es un pregunta de, literalmente, millones de dólares: ¿Para qué sirve que cada uno de los organismos del Estado tenga una sección de transparencia en sus respectivas páginas webs?
No, en serio. No es un tema menor.

Y la respuesta es grave: no sirve de mucho.

A pesar de las leyes de transparencia y de los esfuerzos de, literalmente, centenares de burócratas dedicados a fotocopiar y escanear papelitos para colgarlos en sus páginas web, la supuesta transparencia del Estado no consigue resultados reales.

Esta semana el Defensor del Pueblo, Eduardo Vega, propuso la creación de una entidad autónoma que se encargue de estos temas. Este organismo sería la central de datos del Estado, encargada de administrarlos, publicitarlos y procesarlos para el consumo de todos los ciudadanos.

El camino a seguir es el del Open Data, una filosofía que promueve que todos los ciudadanos puedan acceder a las bases de datos del Estado. Para la movida "open", transparencia no es escanear unos documentos y subirlos a una web; tampoco es poner unas cuantas cifras de gasto estatal. Open Data es la publicación de los datos crudos, sin procesar, para que cualquier persona los pueda convertir en información útil. En estos tiempos, esta información también necesita estar georreferenciada, para que se puedan construir mapas.

¿Y eso sí sirve? Por supuesto que sí. Ya existen varios ejemplos alrededor del mundo de gobiernos que liberan su información a través de un organismo que la centraliza. Dos ejemplos, uno del primer mundo y uno del vecindario:

1. www.data.gov Una web del gobierno federal gringo que constatemente libera bases de datos para que cualquiera las pueda consultar. Ha publicado casi 400 mil bases de datos.

Pero, claro, esas bases de datos son solo el inicio. De nada sirven si nadie las procesa en información que la gente pueda entender. Lo bueno es que cualquier ciudadano, ONG o medio de comunicacion pueden utilizar esas bases de datos y convertirlas en aplicativos didácticos.

Data.gov tiene una lista de 236 aplicativos creados por privados. Uno, muy interesante, muestra mapas interactivos de obesidad (que ya es una epidemia en los EE.UU) que permiten observar si está relacionada con el número de fumadores o el consumo de vegetales en la zona.

Pero también el gobierno --consciente que los datos crudos no son suficientes-- crea sus propios aplicativos. Son más de mil aplicativos desarrollados por distintas ramas del monstruo burocrático gringo. Todos están centralizados en esta web. Una de las más buscadas es un RSS que permite suscribirte a las alertas de la FDA: si se prohibe un medicamento o existe un riesgo en los alimentos, te llega una alerta a tu celular.

2. www.datos.gob.cl Del gobierno chileno. Acaba de ser lanzada pero va en la misma dirección. Está liberando cientos de bases de datos pero también los traduce. Ha elaborado un mapa interactivo de los resultados del Sistema de Medición de Calidad de la Educación por distrito, que demuestra que la calidad de tu educación depende de dónde vives.

Pero también la fundación Ciudadano Inteligente ha diseñado un mapa de antenas de celulares en Santiago. ¿Cuántas antenas hay en tu barrio? Entras al mapa y listo, allí lo ves.

En el Perú, en cambio, todos estos datos, actualmente están dispersos en decenas de páginas webs. ¿Dónde buscaría uno, por ejemplo, la información sobre la ubicación de las antenas en Lima? ¿En la web de Osiptel o en la del MTC? ¿En las autorizaciones de la Municipalidad Metropolitana o en las webs de las 52 municipalidades distritales?

Tanto Chile como Estados Unidos no requirieron de una nueva unidad autónoma pero sí de una web que centralice todo. La PCM tiene una Oficina de Gobierno Electrónico que ya ha empezado a dar tímidos pasos hacia la data georreferenciada. Esta oficina podría encargarse de la elaboración de una web parecida a las que acabamos de ver. Con el personal adecuado y participación de la ciudadanía podrían elaborarse mapas y aplicativos útiles a toda la sociedad.

Esta semana, 8 gobiernos (entre ellos, Estados Unidos, Brasil y México) firmaron la Open Government Declaration, con la intención de seguir llevando a sus países hacia el uso de las nuevas tecnologías para fortalecer la gobernabilidad. El actual gobierno de Ollanta Humala ha firmado un compromiso de intención de unirse al Open Government Partnership. Para eso tendrá que cumplir una serie de requisitos y presentar un plan en marzo del próximo año.

Open Data es transparencia útil, para hacernos la vida más fácil a todos. Ojalá no se trate de promesas al aire y se impulse una reforma de la transparencia del Estado, que vaya por el camino señalado por el Defensor del Pueblo. Esa sí sería una gran transformación. Una transformación útil.

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